Lo más frecuente es que el líquido esté en malas condiciones, o que las pastillas acusen fatiga. En este caso, notarás menos eficacia en la frenada, pero no una pérdida total de la capacidad de detención. Esta solo se produce si los conductos de freno se rompen, una circunstancia casi imposible, si no es por sabotaje o porque se rasgan al pasar por un camino rural muy accidentado.
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